Tenga paciencia quien se crea infeliz;El viejo y la muerte,

Managua, Nicaragua
Aunque hayamos perdido una ilusión, nuevas vendrán a anidar nuestro corazón. Feliz Año Nuevo 2017!















En mi corta vida…  he visto 66 diferentes fines de años… la cierto es que no me agradan esos momentos, me da nostalgia y me gusta recibir el año nuevo dormido…. los propósitos de la despedida del año viejo con uvas, fiestas, y los gritos de la eforia, la cena, las campanas, la emoción de cambiar de año con la ilusión de nuevas oportunidades y nuevas aventuras.

Todos esperan las doce campanadas del reloj que marcan sin piedad el final de una etapa, y sin más, ya estamos en otra época, el inicio de otro año.

A muchos les fascina festejar el final y el inicio del año nuevo pero genera un contraste; la euforia de la noche que termina y la serenidad de la mañana que inicia se confrontan y lo que genera es incertidumbre del mañana.

Me levanto y visito el súper en busca de algo que haya quedado en los estantes, pero al  recorrer la ciudad no veo rastro de esa noche loca: las calles que ayer parecían otras, hoy están calladas, sin transitar, es decir muertas…

Qué hacer si mañana moriremos…….
Paz. 
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Un hombre perdió su hacha; y sospechó del hijo de su vecino. Observó la manera de caminar del muchacho –exactamente como un ladrón. Observó la expresión del joven –idéntica a la de un ladrón. Observó su forma de hablar –igual a la de un ladrón. En fin, todos sus gestos y acciones lo denunciaban culpable de hurto.

Pero más tarde, encontró su hacha en un valle. Y después, cuando volvió a ver al hijo de su vecino, todos los gestos y acciones del muchacho le parecían muy diferentes de los de un ladrón.

fuente: Lie Zi - china

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Moraleja: Tenga paciencia quien se crea infeliz; que aun en la situación más lamentable, lo más bonito es tener vida.


El viejo y la muerte
Entre montes, por áspero camino, 
Tropezando con una y otra peña,
Iba un viejo cargado con su leña, 
Maldiciendo su mísero destino.

Al fin cayó, y viéndose de suerte 
Que apenas levantarse ya podía, 
Llamaba con colérica porfía
Una, dos y tres veces a la Muerte. 

Armada de guadaña, en esqueleto, 
La Parca se le ofrece en aquel punto; 
Pero el Viejo, temiendo ser difunto, 
Lleno más de terror que de respeto, 
Trémulo la decía y balbuciente: 

"Yo ... señora... os llamé desesperado; 
Pero...", "Acaba; ¿qué quieres, desdichado?" 
"Que me cargues la leña, solamente".




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