GENEALOGÍA DE LA FAMILIA AVILÉS

Avilés está situado en el centro de la franja costera del Principado de Asturias, al oeste del cabo de Peñas, a orillas de la ría que lleva su nombre.

Milenaria villa marinera y comerciante, es ahora una ciudad moderna y centro metalúrgico de primer orden, fruto del crecimiento demográfico y del despegue industrial.


La villa de Avilés aparece mencionada por primera vez en un documento en el testamento del rey Alfonso III, en el año 905. Este mismo monarca hizo construir el castillo de Gauzón en el peñón de Raíces (donde fue revestida de joyas la Cruz de la Victoria) para vigilancia y defensa del estuario. Leer al final más sobre Avilés.

Escudo de Armas de Avilés
Bandera de Avilés, Asturias



LA FAMILIA AVILÉS EN NICARAGUA

Una cronología de unas de las ramas de la familia Avilés en Nicaragua.


















El Fuero concedido por el rey Alfonso VI en 1085 otorga a Avilés unos privilegios políticos y económicos que le permiten convertirse en la segunda ciudad en importancia de Asturias. Esto unido al perfecto abrigo que proporcionaba a las naves, hicieron de su puerto uno de los principales no solo del Cantábrico, sinó del Atlántico europeo.


En el siglo XII se construye la iglesia de Santa María Magdalena de Corros y en el XIII el antiguo convento franciscano (hoy iglesia de San Nicolás de Bari), ambas extramuros.

A finales del siglo XIII se completó el trazado circular de la muralla (ensanche medieval). Este recinto amurallado recibía el nombre de La Villa y fue arrasado por un incendio en 1479. Como medida de ayuda, los Reyes Católicos le conceden un mercado franco los lunes, que aún hoy continúa celebrándose el mismo día
Se construye la iglesia vieja de Sabugo, al otro lado de la marisma. Mención aparte merece la actual iglesia de los Padres Franciscanos (anterior parroquia de San Nicolás) que nos ofrece ejemplos arquitectónicos románicos, protogóticos, góticos y barrocos.
En el siglo XVII la villa comienza a extenderse fuera del recinto amurallado (ensanche barroco). Hacia el sur se levantan el palacio de Ferrera, el palacio municipal y la casa de Rodrigo García-Pumarino, formando entre ellos una plaza (actual Plaza de España, o El Parche) de la que arrancaron las  calles de Galiana y Rivero. También se comienzan a empedrar algunas de las principales calles intramuros como la de la Ferrería, la de la Fruta y la del Sol.
La capilla del Ecce Homo de la calle Galiana, levantada en 1649 bajo la advocación de San Roque, para proteger a la villa del contagio de la peste, fue demolida en el XVIII, siendo la actual de 1894.

Los Caños de San Francisco y el palacio de Camposagrado son de los siglos XVII y XVIII.



Del siglo XIV es la casa palacio de Valdecarzana, de la cual solo se conserva intacta la fachada que da a La Ferrería y hoy es sede del Archivo Histórico Municipal, uno de los más importantes de Asturias. Situada dentro del recinto amurallado, se cree fue residencia de un rico mercader que utilizaba la planta baja como tienda y almacén, y la alta como vivienda familiar.



El crecimiento demográfico origina que en 1818 se inicie el derribo de la muralla, y en 1868 se acomete la desecación y urbanización de las marismas que rodeaban la urbe (ensanche burgués), dando lugar a espacios como el Muelle de la Ría que une La Villa con el barrio marinero de Sabugo y la Plaza del Mercado (Hnos. Orbón).

De principios del siglo XX data el Palacio de Balsera. Por ese tiempo Avilés fue una de las primeras ciudades del norte de España en tener alumbrado público, tren, teléfono y tranvías.

Entre 1900 y 1920 se produjo un notable crecimiento urbanístico debido a la conjunción de factores favorables: la apertura de la dársena de San Juan de Nieva, la instalación de diversas industrias, la mejora de las comunicaciones ferroviarias y por carretera, y la repatriación de capitales indianos. Se construyen entonces mansiones burguesas por toda la villa, así como el Gran Hotel, el teatro Palacio Valdés y la nueva iglesia de Santo Tomás de Canterbury, consagrada en 1904.

A mediados del siglo XX la población de Avilés se ha quintuplicado, nutrida de los trabajadores llegados de diversos puntos de España con destino a las florecientes industrias, entre las que destaca espectacularmente la instalación de  ENSIDESA. En 1948 se instala Cristalería Española y en 1957 se enciende el primer horno alto de ENSIDESA.

Esto conlleva la rápida construcción de poblados en la periferia (ensanche industrial) para acoger tal avalancha de población.

Mientras se iban transformando los alrededores de la Villa, el centro urbano permaneció inalterado hasta 1965 al amparo de la declaración en 1955 de Conjunto Histórico-Artístico por parte del Estado Español.

En 1980 se inauguran el nuevo muelle pesquero y la cofradía de pescadores Virgen de las Mareas. 


Hoy en día se está acometiendo la ampliación y modernización de su puerto pesquero, en cuya lonja se subasta casi el 70% de la pesca capturada en Asturias, lo que le posiciona como el primero de Asturias y uno de los cinco primeros de España. Asimismo se están completando las instalaciones del nuevo puerto deportivo.


Con la inauguración del Centro Cultural Oscar Niemeyer, Avilés ha experimentado un nuevo impulso fácilmente observable.

Un paseo por los soportales de sus antiguas calles, al resguardo del Sol o de la lluvia, proporciona la agradable oportunidad de descubrir ese Avilés que nos transporta a otras épocas.
Ven a verlo.

Juan José Bagüés





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