HOMBRES QUE NO DEBEMOS OLVIDAR
José de la Cruz Mena Ruiz
Hay hombres que dejan huellas para la posteridad, hombres sencillos y humildes en su bregar; José de la Cruz fue humillado por la enfermedad que a temprana edad lo agotó, más sin embargo, su grandeza misma se la da su enfermedad. Hurto las palabras para expresar y comprender su grandeza, crecimiento que se desprende de su alejamiento de la sociedad mediante sus composiciones.
Les invito a leer un poco del arreglo que les presento de tan ilustre caballero.
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DATOS PERSONALES:
Nacimiento
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Fallecimiento
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22 de septiembre de 1907
(33 años)
León, León, Nicaragua |
Nacionalidad
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Información profesional
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Ocupación
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José de la Cruz Mena nació en la ciudad de León, el 3 de mayo
de 1874, fue hijo
de don Yanuario Mena y doña Celedonia Ruíz. Comenzó a estudiar música con su
padre, de quien aprendió la ejecución del cornetín.
Fue asistido por su hermano mayor Jesús Isidoro y luego estudió con el maestro
Alejandro Cousin. En el año 1888, a los 16 años, ingresó a la Banda de los
Supremos Poderes, de la cual Cousin era el director.
Viaja a Honduras e
ingresa a la Banda Nacional que dirigía entonces don Adalid Gamero, de este
aprendió a ejecutar barítono. Compuso la danza "El Nacatamal". Luego
pasa a El
Salvador, donde se incorpora a la Banda de los Supremos Poderes bajo la
dirección del maestro Dreus, es en este país donde enferma. Es cuidado en un
hospital en donde obsequia a la Madre Superiora de ese centro unas
"Avemarías", que posteriormente fueron enviadas a España para
su ejecución.
Aislamiento
en el río Chiquito
En 1892 regresa a Nicaragua, debido
a su enfermedad tuvo que aislarse en una cabaña en las márgenes del río
Chiquito, a doscientas varas al Poniente del Puente, en donde se dedica con
ahínco a la composición musical. Queda completamente ciego a la edad de 22
años. De José de la Cruz Mena, se dice que usaba como diapasón un trozo de riel
que colgaba del techo de su cabaña.
El doctor Edgardo Buitrago, intelectual leonés y
biografo, escribe:
"le
obligó a encerrarse aún más dentro de sí mismo, dejando transcurrir su
existencia al vaivén de una hamaca que colgaba de dos horcones de su rancho.
Pero varios jóvenes músicos ofreciéndose para transcribir al pentagrama su
inspiración, llegaban a visitarlo."
En el transcurso de los años, dicto sus obras
musicales a díscipulos y amigos como Jerónimo Castellón, Bernardino Turcios,
Rubén Galiano, Pantaleón Vanegas y Daniel Cuadra, de quienes el Fondo Histórico
Documental de la Música Nicaragüense posee varios manuscritos.
El Presidente José Santos Zelaya
fue gran admirador suyo. Tras el estreno de la marcha que el músico le dedicó, dispuso lo
siguiente:
"se
le concede una plaza de sargento para solventar sus necesidades, que se le
respetara en su retiro del río Chiquito y que se le borrara de la lista de
leprosos que habrían de transportar a la Isla de
Aserradores."
Su muerte
Más de diez años sufrió la terrible enfermedad,
muriendo a la edad de 33 años en su ciudad natal el 22 de septiembre de 1907.
Murió en una soledad amarga sufriendo los cruentos dolores de su enfermedad.
Sus funerales revistieron gran solemnidad y el
Responso y la Misa Solemne de cuerpo presente se realizaron en la Capilla de la
Catedral
Metropolitana, acompañados por la Orquesta Filarmónica dirigida por
el maestro Pablo Vega y Raudes.
Fue sepultado en el cementerio
"Guadalupe" hasta que en 2007 al conmemorarse el
centenario de su muerte, sus restos fueron exhumados y sus cenizas ahora
reposan dentro de una cripta en La Catedral de su amada ciudad de León.
Honores
- El teatro municipal de la ciudad de León lleva
su nombre.
A 142 años de su nacimiento los valses de José de la Cruz
Mena siguen asombrando al mundo (Foto Arnulfo Agüero)
Arnulfo Agüero
El vals Ruinas
del músico y compositor José de la Cruz Mena Ruiz, conocido como el
“Divino leproso”, premiado en los primeros Juegos Florales de 1904 en León e
interpretado en un solo de piano por Margarita Rochi de Alonso, sigue
asombrando al mundo por su grandiosidad, originalidad y creatividad musical.
Esta célebre pieza fue grabada
por Camerata Bach en 1988 y presentada en un concierto en Viena, Austria,
recordó el músico Ramón Rodríguez. “Al terminar de tocar el vals la gente se
puso de pie y ovacionó la pieza, eso me sigue emocionando” comentó Rodríguez.
Según sus reseñadores
biográficos, Hilario Isaías Ulloa, Gilberto Vega Miranda, Edgardo Buitrago,
Carlos Tünnermann, Armando Zambrana Fonseca, entre otros, los valses de Mena
han sido también ovacionados en Moscú, Uruguay, Cuba, México, Milán, Honduras y
San Salvador.
Su vida y obra, fue novelada en
el libro biográfico Ruinas, Mi incurable tristeza, publicado
en 2006 por Zambrana Fonseca, quien espera sea llevada al cine documental de
largometraje, dado su estructura cinematográfica.
El vals de Ruinas se vuelve más
popular a mediados del siglo pasado cuando Alcides Gutiérrez Barreto publica el
primer disco grabado por la Orquesta Metropolitana; luego Julio Cansino trabajó
la música sintéticamente.
La mayor parte de sus
composiciones están perdidas, unas cuantas se conservan en Nicaragua, y otras
se cree están en una biblioteca de Nueva York.
“Estos documentos se los llevó
el maestro Irías, y fueron presentados por orquestas en una catedral en
Washington. A la fecha ningún gobierno se ha interesado en rescatar estos
históricos archivos”, dice Zambrana.
Su nombre e influencias han sido
asociados al de Beethoven o Strauss. “Nosotros le llamamos el Mozart
nicaragüense”, destacó por su lado Rodríguez.
Reconoció en la obra de Mena
influencias de estos grandes maestros de la música clásica, asimismo tener una
venia musical nicaragüense, que lo hace un músico grandioso, diferente y muy
original.
“Al principio, nos cuenta el
doctor Edgardo Buitrago, Mena tocaba sus obras en la guitarra y cuando fue
perdiendo los dedos, transmitía las notas mediante silbidos”, comenta por su
parte el escritor Carlos Tünnermann.
Y así, agrega, en medio de
tantas penurias y dificultades, lo extraordinario es la cantidad y calidad del
legado musical de Mena.
Sus valses
Ruinas; Amores
de Abraham, dedicado a su amigo Abraham Morazán; Rosalía,
dedicado a Rosalía de Icaza; Lola, a Lola de Alvarado; Bella
Margarita, a la pianista Margarita Rochi de Alonso; Recuerdos
de Engracia, En tus ojos; Emilio;
Isabel, Duerme, Amores de Leonor, El Triunfo, y otros que se
perdieron.
Canciones profanas: Yo
pienso en ti, Suspiros de Amor,
Un recuerdo, dedicadas a pianista doña Rosario Gil de
Fiallos; Sueños de amor, Yo te amo,
A ella, Las hijas de Eva
(romanza), Te amo como un eco, entre otras.
También compuso mazurcas,
avemarías, tedeum, misas de réquiem, misas de glorias, salves, marchas
fúnebres, pasodobles, sones de pascua, villancicos, y marchas militares, y pasodoble,
uno dedicado al general Zelaya, y otro al general Asisclo Ramírez.
Su triste retrato
De Mena solo se conoce una foto
de su rostro abultado y más de su edad. Uno de sus biógrafos Edgardo Buitrago
lo describe como u hombre alto, delgado y ligeramente encorvado, de color
moreno, pelo negro y liso, boca y nariz regular, ojos vivos y expresivos.
La lepra le destruyó la mano y
afectó su visión y rostro también, por lo que en sus últimos años acostumbraba
a taparse con toallas o telas.
¿Dónde la contrajo este
mal?.Puede que el bacilo de contagio lo adquiriera en Managua o en casa de un
sacerdote salvadoreño que padecía de lepra. Pedro, su hermano murió
también de lepra.
Fue cuidado por la Mercha una
mujer negra que le llevaba alimento, medicinas y lo limpiaba sus llagas; y por
Isabel Ruiz, su vecina. Y era visitado por un grupo de amigos en su
confinamiento en Río Chiquito, entre ellos Salvador Ruiz y Cornelio Sosa.
Cronología de José de la
Cruz Mena Ruiz
José de la Cruz Mena nace un 3
de mayo en León, su primer profesor fue su padre, el filarmónico y
cornetín Yanuario Mena.
Se traslada a Managua, estudia
en la Escuela Nacional de Música, dirigida por el belga Alejandro Cousin.
Ingresa a la Banda de los Supremos Poderes. Otros de sus maestros fue el alemán
Enrique Drews, y así otros nicaragüenses.
1890 ó 1891.
Compone en Tegucigalpa-Honduras, su pieza El Nacatamal, una
danza con reminiscencia de Nicaragua.
1894 ó 1895. En
el Salvador le declaran la enfermedad de Hansen, popularmente conocido
como el “mal de Lázaro”, o lepra. Se dice que el bacilo posiblemente lo
contrajo en Managua o el Salvador, ciudades donde se movilizaba. Uno de sus
hermanos muere de lepra.
1895 ó 1896.
Regresa a León, se va a vivir a orillas del Río Chiquito, más o menos a 200
varas del puente, donde se construyó una rústica choza de horcones, de los
cuales colgaba su hamaca.
Queda ciego. Compone la marcha
General Zelaya, pasodoble El Libertador, y El Triunfo, y se libra de ser
recluido y llevado en tren por la Guardia Nacional con otros leprosos a la isla
de los Aserradores, en Corinto.
1904. Ganó el
certamen con su vals Ruinas. Interpretada en un solo de piano por Margarita
Rochi de Alonso. A pesar del temor a la lepra el público lo invita al estrado
del Teatro Municipal, y es vitoreado.
1907. Muere a
los 33 años, un 22 de septiembre, es enterrado en el cementerio de Guadalupe,
en León. Luego sus restos fueron trasladados a la Catedral de León.
Narración de la vida José de la Cruz Mena Televicentro Canal 2
Fuente: http://www.vans-costarica.com/Jose%20de%20La%20Cruz%20Mena.wmv, canal 2
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