"PRONTO" VA A LA ESCUELA

Managua, Nicaragua  -  11 de octubre de 2018
Norelly Learning - Pedro Avilés Z


"PRONTO" VA A LA ESCUELA
por Joyce Nelms .

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CIERTO día hermoso y soleado, Paco decidió ir a la escuela en "Pronto", su burro.

Después de terminar su sabroso desayuno, consistente en pan casero y leche caliente, se despidió de su madre que quedó junto a la ventana observándolo; fue entonces al patio, arrimó un cajón al lado de "Pronto" y lentamente subió sobre el lomo del animal.

 —"¡Qué lindo es no tener que caminar hasta la escuela!", pensó Paco acariciando el sedoso pelambre de "Pronto".

Niño y animal atravesaron el bosquecillo de higueras y treparon y bajaron la verde colina del norte, detrás de la cual la humilde escuelita de adobe parecía esconderse.

¡Justo a tiempo! La maestra estaba a la puerta, lista para hacer sonar la familiar campana de bronce.

Al ver llegar a Paco sobre su burro, todos los niños se aglomeraron en derredor suyo.

—"¿Por qué ponen ésa cara?", les preguntó Paco.

"¿Es que nunca han visto a alguien cabalgar en un burro?"

—"Para decir verdad," respondió sonriendo uno de sus compañeros, "no. ¿Cómo se llama tu burro?"

,, —"Su nombre es Pronto", dijo Paco orgullosamente.

Alguien desde el grupo comentó en alta voz y tono jocoso: "¿Pronto? ¡Qué nombre para un animal lerdo y perezoso!

¿No sabes que 'Pronto' significa veloz?"

Haciendo oídos sordos, Paco desmontó y entró con pie firme en la escuela.

Ya en el aula, toda la clase comenzó a reír súbitamente.

Sorprendido, Paco miró a su alrededor: allí, metiendo su cabezota por la ventana y mordiendo las brillantes cortinas amarillas, estaba "Pronto".

Ni aun Paco, pudo contener la risa.

Recordando que estaba en la clase, miró hacia el frente y vio a la maestra quien, sonriendo, le dijo:

—"Paco, mejor será que vayas afuera y ayudes a tu burro.

"Corriendo, Paco salió y ató a "Pronto" al pie de un frondoso árbol.

Todos los alumnos pudieron apenas contenerse durante las horas de clase porque la maestra les había prometido que iban a dedicar parte del período de descanso a hacer los' planes para una fiesta.

Entre ellos no había uno solo que no gustara de cantar y bailar y comer muchas cosas sabrosas.

Llegada la hora, Miguel fue uno de los primeros en levantar su mano para hablar; se paró al frente de la clase y anunció: "Mi padre tiene algunos caballos y me ha prometido que podemos usarlos para ir a la fiesta."

Toda la clase aprobó la oferta con expresiones de felicidad.

Luego fue Merceditas quien tomó la palabra para decir: "Mi madre preparará algunas tortas para nosotros.

Yo la ayudaré.

" Uno a uno, todos los niños participaron en los planes para la fiesta:, cada uno haría su parte.

Paco se sentía muy triste porque por más que pensaba, y pensaba, y pensaba, no se le ocurría cosa alguna que él pudiera hacer o traer.

¡Cuánto le gustaría ayudar!

Le llegaba casi su turno para hablar cuando, de improviso, un ruido terrible pareció venir desde afuera como una ráfaga de viento.

—"¡Joo-ji! ¡joo-ji! ¡joo-ji!" Era "Pronto", rebuznando tan fuerte que no dejaba oír una sola palabra de lo que se estaba diciendo.

Una vez más, Paco saltó de su asiento y fue afuera para hacerse cargo del animalejo.
Al ver llegar a su amo, "Pronto" dejó de rebuznar.

Como exteriorizando su felicidad, comenzó a mover de atrás hacia adelante sus largas orejas y hasta parecía sonreír.

Pero Paco estaba enojado al comprobar lo que "Pronto" había hecho.

El burro había sacado la bolsita de alimentos que trajera para su almuerzo, y esparcido todo su contenido por el suelo. Suspirando desalentado,

 Paco murmuró: "¡Oh Pronto! me has dejado sin almuerzo. . ." Mientras tanto, el burro se había desatado y comenzó a engullirse algunas de las hermosas flores rojas que la maestra cultivaba a la puerta de la escuela.

Paco estuvo a punto de perder los estribos y castigar al animal.

Sin embargo, prefirió acariciarle suavemente, diciéndole; —"Por favor, pórtate bien hasta que termine la clase".

Como si hubiera entendido perfectamente, "Pronto" se tranquilizó.

Algo más tarde, Miguel ofrecía parte de su almuerzo a Paco y un par de horas después llegaba el momento de volver cada cual a su casa.

Al volver donde estaba su burro, Paco lo hizo temiendo encontrarlo haciendo otra de las suyas.

Sin embargo, allí estaba "Pronto", nuevamente perezoso, durmiendo la siesta bajo la tibieza del sol.

Al montar, Paco se vio nuevamente rodeado por todos los niños.

"¿Podemos acariciar su hocico?", preguntaron algunos.

—"¡Por supuesto!" respondió Paco alegremente.

"Eso le gusta mucho."

—"¿Lo traerás siempre a la escuela, de aquí en adelante?", inquirió otro.

Para sorpresa de todos, Paco movió negativamente su cabeza.

"No, comenzando mañana vendré otra vez caminando a la escuela como ustedes; no vivo lejos y puedo hacerlo.

Pronto extraña mucho la casa y es por eso que se porta mal.

Mejor será que se quede en su corral.

Pero tengo una sorpresa, para todos ustedes, y espero que les guste.

"Como movidos por el resorte de la curiosidad, los niños se acercaron más a Paco; todos amaban las sorpresas.

—"Hace un rato pensaba que no tenía nada para traer a la fiesta, pero ahora lo sé.

¡Traeré a Pronto! Es muy dócil y cada uno de ustedes podrá cabalgar en él.
¿Aceptan?"

—"¡Sí, sí", gritaron todos a la vez; aun Miguel, pese a que había ofrecido los caballos de su padre, batió sus manos alegremente.

—"Bueno, nos veremos mañana."Diciendo esto, Paco y "Pronto" se alejaron lentamente, camino de la colina y el bosquecillo de higueras.

fuente - Liahona 1964

Norelly Learning - Pedro Avilés Z

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