• Salvación universal - Presidente José Fielding Smith • Liahona Agosto 1971 Pag, No. 3-

Este mensaje del presidente Smith apareció por primera vez en febrero de 1910 en el Improvement Era (pág. 352). El tema es tan oportuno y las palabras tan pertinentes que merecen ser reimpresas en este espacio. 

¿Se dan cuenta los Santos de los Últimos Días de la importancia de la gran responsabilidad que recae sobre nosotros en lo que respecta a la salvación del mundo? Estamos llevando a cabo una gran obra en nuestro intento por convertir y salvar a una generación perversa e impía; estamos enviando a cientos de misioneros a todas partes de la tierra, y asimismo estamos gastando miles de dólares anualmente en esta labor tan necesaria. Estos miles de dólares se utilizan en la edificación de capillas, escuelas de la Iglesia y otros edificios, en la educación de la juventud de Israel, en el desarrollo y mejora de nuestras tierras, la edificación de ciudades y el aumento de nuestras comunidades, la publicación de periódicos y revistas, y en todo sentido, al tratar diligentemente de mejorar a nuestros miembros y diseminar el conocimiento que convertirá al mundo al evangelio. Pero, ¿qué estamos haciendo por la salvación de nuestros muertos?

Es cierto que hay muchas personas que comprenden esta gran obra y fielmente están efectuando sus deberes en los templos del Señor. Esta es una buena señal que muestra la voluntad y actividad de los miembros de la Iglesia; pero esto tampoco exime a los inactivos, a los miembros perezosos que no están haciendo nada por sus muertos. Tales personas no pueden esperar recibir crédito por lo que otros estén haciendo; la responsabilidad recae con igual fuerza sobre todos, de acuerdo con nuestra habilidad y oportunidades individuales.

No importa qué otra cosa hayamos sido llamados a desempeñar, o qué cargo podamos ocupar o cuan fielmente hayamos trabajado en la Iglesia en otras cosas; ninguno está exento de esta gran obligación, la cual se requiere del apóstol así como del Elder más humilde.

El lugar, la distinción o un largo servicio en la causa de Sion en el campo misional, las estacas de Sion o en cualquier otro lugar, no le da derecho a una persona de hacer caso omiso a la salvación de sus muertos.

Algunos piensan que si pagan los diezmos, asisten regularmente a los servicios y cumplen con sus deberes, le dan de comer al pobre, o quizás pasen uno, dos o más años predicando en el mundo, están libres de cumplir otro deber; pero el deber, más sublime de todos es trabajar en beneficio de los muertos. Seremos recompensados si hacemos todas estas otras cosas, pero si descuidamos el privilegio y mandamiento de más importancia, pese a todas las otras buenas obras, nos encontraremos bajo severa condenación.

¿Y por qué tal condenación? Porque "la responsabilidad mayor que Dios ha puesto sobre nosotros en este mundo es procurar por nuestros muertos" (Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 441). A causa de que no podemos ser salvos sin ellos, "se precisa que aquellos que han muerto antes, así como los que vendrán después, reciban la salvación junto con nosotros; y ésta es la obligación que Dios ha puesto sobre el hombre," dice el profeta José Smith. (Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 441).

De esto, entonces, vemos que mientras es necesario predicar el evangelio en las naciones de la tierra y efectuar todas las otras buenas obras en la Iglesia, no obstante, el más grande mandamiento que se nos ha dado, y es obligatorio, es la obra en los templos por nosotros mismos y en beneficio de nuestros muertos.

El Profeta dijo: "El bautismo por los muertos es el único medio por el cual los hombres pueden aparecer como salvadores en el Monte de Sion. La proclamación de los primeros principios del evangelio fue un medio de salvación individual para el hombre; pero los hombres, al embarcarse activamente en los ritos de salvación vicaria, se convierten en instrumentos para introducir a multitudes de sus parientes en el reino de Dios . . . Esta doctrina se manifiesta gloriosa ya que exhibe la grandeza de la compasión y benevolencia divinas al grado del plan de la salvación humana. Esta gloriosa verdad es lo que se necesita para aumentar el entendimiento y apoyar al alma que padece problemas, dificultades y aflicción . . . Esta doctrina presenta claramente la sabiduría y misericordia de Dios al preparar una ordenanza para la salvación de los muertos que son bautizados vicariamente, sus nombres registrados en los cielos y juzgados de acuerdo a sus obras en el cuerpo. Esta doctrina fue el tema de las escrituras. Aquellos santos que la descuidan, en beneficio de sus parientes fallecidos, lo hacen poniendo en peligro su propia salvación." (Times and Seasons 2:577-78),

La razón porque peligra nuestra salvación es porque es necesario que los padres y los hijos no sólo reciban la ordenanza del bautismo, sino también sean unidos de generación en generación. Nos es requerido ir a los templos, ser bautizados, confirmados y recibir todas las ordenanzas en beneficio de nuestros muertos, tal como las hemos recibido para nosotros mismos. (Véase History of the Church 6:365.) ". . . Basta saber," leemos en la revelación "que la tierra será herida con una maldición, si no existe un eslabón enlazador de alguna clase entre los padres y los hijos, referente a un sujeto u otro; y he aquí, ¿qué es ese sujeto? Es el bautismo por los muertos. 

Pues nosotros sin ellos no podemos perfeccionarnos, ni tampoco pueden ellos perfeccionarse sin nosotros. Tampoco pueden ellos, ni podemos nosotros, ser perfeccionados sin los que han fallecido en el evangelio también; porque es preciso, al iniciarse la dispensación del cumplimiento de los tiempos, la cual ya está entrando, que se efectúen una unión entera, completa y perfecta, y un encadenamiento de dispensaciones, llaves, poderes y glorias, y que sean revelados desde los días de Adán aun hasta hoy. Y no sólo esto, sino que aquellas cosas que desde la fundación del mundo jamás se han revelado, más han sido escondidas de los sabios y prudentes, serán reveladas a los pequeños y a los niños de pecho en ésta, la dispensación del cumplimiento de los tiempos" (Doc. y Con. 128:18).

Nuevamente, citando del Profeta: "La Biblia dice: 'Yo os envío a Elías el profeta, antes que venga el día de Jehová grande y terrible. El convertirá el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres: no sea que yo venga, y con destrucción hiera la tierra' (Malaquías 4:5-6).

La palabra convertir que se lee aquí debería ser traducida por ligar o sellar. Pero, ¿cuál es el objeto de esta importante misión? ¿o cómo se va a cumplir? Las llaves se deben entregar, el espíritu de Elías ha de venir, se tendrá que establecer el evangelio, los santos de Dios han de ser reunidos, Sion edificada y los santos deben venir como salvadores sobre el monte de Sion.

Pero ¿cómo van a ser salvadores sobre el monte de Sion? Edificando sus templos, erigiendo sus pilas bautismales y yendo a recibir todas las ordenanzas, bautismos, confirmaciones, lavamientos, unciones, ordenaciones y poder de ligar en bien de todos sus progenitores que han muerto, a fin de redimirlos para que puedan salir en la primera resurrección y ser elevados con ellos a tronos de gloria; y en esto consiste la cadena que unirá el corazón de los padres a los hijos, y los hijos a los padres, y esto cumple la misión de Elías. Y pluguiera a Dios que este templo ya estuviese terminado, para que pudiéramos entrar en él y nos pusiéramos a trabajar y mejorar nuestro tiempo, y emplear los poderes para ligar mientras están en la tierra.

Es poco el tiempo de que disponen los santos para salvar y redimir a sus muertos, y reunir a sus parientes vivos, para que también éstos puedan salvarse, antes que sea herida la tierra y descienda sobre el mundo la consumación decretada" (Enseñanzas del Profeta José Smith, págs. 407-08).

Estos pasajes recalcan la importancia de la obra por los muertos, porque no podemos ser salvos sin ellos, ni ellos pueden ser salvos sin nosotros. Nuestra salvación no puede llevarse a cabo a menos que los padres y los hijos estén ligados y sellados en un perfecto orden familiar. Mediante la autoridad debida, los maridos deben estar unidos a sus esposas, y los hijos a sus padres, hasta que sean poseedores de una gran familia integrada por todos los fieles desde el principio hasta el fin del tiempo, con Adán, nuestro progenitor, establecido en su llamamiento como el padre de todos nosotros.
Joseph Fielding Smith

(19 de julio de 18762 de julio de 1972), religioso y décimo presidente de   
desde 1970 cuando murió su predecesor David O. Mc Kay hasta su muerte 
en 1972. Él era el hijo de Joseph F. Smith sexto presidente de la SUD.



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